Sonrisas

La historia del Templo del Diente de Buda

¿Sabías que un solo diente es capaz de movilizar a miles de personas cada año? El Diente de Buda es uno de los símbolos más famosos del budismo, una reliquia milenaria del legado de Gautama Buda. La leyenda cuenta que la reliquia se encuentra protegida en el llamado Templo del Diente de Buda, ubicado en la ciudad de Kandy, conocida por ser el epicentro cultural de Sri Lanka.

La curiosidad que más llama la atención de esta historia es que nunca nadie ha sido capaz de ver expresamente el diente, pese a ser este el motivo principal de peregrinaje de muchos turistas hasta la citada ciudad de Kandy.

Viaje en el tiempo: desde Kalinga hasta Kandy

En el año 483 a.C, el maestro del budismo, Gautama Buda, murió y fue incinerado. Las cenizas iban a ser repartidas en cuatro territorios diferentes, pero uno de sus discípulos se fijó en que, entre las cenizas, el canino izquierdo de Buda había quedado intacto.

Esta pieza, de un tamaño de 2’5 cm, fue capaz de resistir al fuego, lo que hizo pensar al discípulo que el diente podría tener algún poder beneficioso o sobrenatural. Cuenta la leyenda que, aquel que tuviera el diente bajo su posesión, obtendría el poder absoluto sobre su territorio. Por este motivo, comenzaron a surgir conflictos por su posesión, obligando al entonces poseedor, el rey Guhasiva de Kalinga, a entregárselo a alguien de su máxima confianza: la princesa Hemamala.

Para pasar desapercibida, la princesa escondió el Diente de Buda en su cabello y abandonó la India para asegurar su protección. A lo largo del tiempo, la pieza atravesó diferentes ciudades como Anuradhapura, Polonnaruwa o Gampola. Finalmente, en el siglo XVI, la reliquia fue escondida en la ciudad de Kandy, conocida como la capital de las montañas, lugar que se consideró un buen refugio para el entonces ya conocido como el Diente de Buda.

A través de las favorables relaciones entre la población local y los conquistadores holandeses, se impulsó la construcción de un templo en el que proteger el diente y honrar a su poder. Este templo se conoce como Sri Dalada Maligawa o el Templo del Diente de Buda.

Viaje en el tiempo: desde Kalinga hasta Kandy

¿Qué misterio esconde este templo?

Para cualquier practicante del budismo, es fundamental visitar el templo al menos una vez en la vida para realizar una ofrenda. No obstante, son miles los turistas que peregrinan año tras año a este templo atraídos por la magia que desprende el lugar de culto al budismo.

La curiosidad principal que alberga el Templo del Diente de Buda es que no se puede asegurar con certeza que el diente se encuentre allí realmente. Una vitrina rodeada de piedras preciosas guarda esta reliquia, pero su visibilidad es tan escasa que no se sabe con claridad si se encuentra dentro o no. Sin embargo, existe una persona que sí puede verlo desde cerca para su protección: el Guardián del Diente, que es elegido expresamente por una asamblea.

La espiritualidad está asegurada en cada estancia del templo. La vitrina que contiene la reliquia es mostrada tres veces al día en un espectáculo donde la magia y la religión budista se unen creando un escenario único. Para acompañar la muestra, los redobles de tambores y los colmillos de elefante complementan el espectáculo.

El festival de Esala Perahera

El objetivo final: clonar a John Lennon

Para rematar la tradición, se celebra el festival Esala Perahera, uno de los acontecimientos más importantes celebrados en la ciudad de Kandy. La festividad tiene lugar en el mes Esala, que en Occidente se consideraría con la transición de julio a agosto.

Un desfile de luz y color pasea por las calles de la ciudad de Kandy celebrando la ofrenda al Diente de Buda, que viaja por las calles de la ciudad sobre un elefante adornado con sedas de la región. Estos días de celebración son, sin duda, una gran oportunidad para disfrutar de los sabores y la cultura de esta ciudad… además de "conocer" el milenario diente.