Hoy en día nos preocupamos mucho de nuestro aspecto. El uso cotidiano de las redes sociales expone nuestro físico a un público amplio e influye en la imagen que proyectamos a nuestros amigos, amigos de nuestros amigos o incluso a potenciales clientes de nuestras empresas o posibles jefes de nuevos empleos que queramos conseguir. Por ello, se hace cada vez más importante lucir una sonrisa bonita.
Además de estas razones, tener una agradable sonrisa mejora nuestra autoestima y redunda en una mejor salud, ya que normalmente para conseguir que la sonrisa sea bella, tenemos que poner el foco en nuestra salud bucodental.
La primera y principal es favorecer el mantenimiento de unas encías sanas. Si la encía está inflamada tendrá un color rojo oscuro, o incluso violáceo, que da mal aspecto además de mal sabor de boca o halitosis. Por lo tanto, antes de hacer cualquier tratamiento estético, habrá que hacer una puesta a punto de los tejidos que rodean el diente. A veces, se añaden problemas como recesiones (dientes más largos que exponen la raíz dental), las cuales se deben cubrir con injertos de encía para no dar un aspecto envejecido y evitar caries o desgastes en la raíz dental. Otras veces, sin embargo, mostramos un exceso de encía al sonreír o hay márgenes desiguales que hay que recortar o nivelar para conseguir armonía de los dientes con los labios.
Una vez que tenemos las encías sanas, debemos valorar si la posición de los dientes es la correcta. Tener los dientes bien alineados no supone sólo una mejora estética, sino también funcional. Nuestra articulación funcionará mejor y los dientes trabajarán en su eje axial correspondiente, además de facilitarnos la higiene al eliminar el apiñamiento dental. Por ello, a la hora de mejorar la sonrisa debemos valorar si hace falta llevar a cabo un tratamiento de ortodoncia.
Hoy día, en casi todos los casos, podemos recurrir a la ortodoncia con alineadores invisibles, que además de ser un tratamiento planificado digitalmente de principio a fin, facilita la higiene y es mucho más estético, lo cual es un alivio en muchos pacientes adultos. En algunos pacientes que no tienen muy mal la mordida, recurrimos a los alineadores para hacer pequeños cambios en la posición de los dientes y así favorecer un posterior tratamiento con carillas, de manera que nos ayuda a tallar menos los dientes o a distribuir mejor los espacios si queremos cambiar el tamaño de los dientes o vamos a poner algún implante.
Pero también podemos conseguir grandes mejoras en la sonrisa simplemente con un blanqueamiento que de luminosidad a la cara. Eso sí, esto exige un mantenimiento con recordatorios periódicos (varía en función de los hábitos y la dieta), igual que ocurre con las mechas del pelo. Cierto es que algunos esmaltes son más resistentes a esos cambios de color por estar agrietados o tener mucho composite (empastes), y en esos casos tendríamos que recurrir a carillas o coronas de porcelana.
Las carillas se pueden realizar en varios materiales, distinguiendo básicamente dos grupos: las de composite y las de cerámica. Los composites están más indicados en pequeños cambios o dientes aislados, por ser menos estables en el tiempo y exigir más mantenimiento; y las cerámicas nos permiten un mejor cambio de forma y color de manera más estable y menos sensible a dieta o tabaco. En cualquier caso, habrá que estudiar cada caso para valorar cuál es la opción que mejor se adapta a las necesidades del paciente. Además hay que tener en cuenta que en pacientes con múltiples empastes y poco esmalte sano, probablemente tendremos que recurrir a coronas en lugar de carillas para no tener problemas de adhesión.
Por último, sobra decir que una ausencia dental afea nuestra sonrisa, y tenemos que tener en cuenta que cuando estamos relajados, nuestra sonrisa es amplia y enseñamos muchos dientes posteriores, que si nos faltan se reflejarán como un “agujero negro” en la boca. Para ello tenemos los implantes dentales, que se han convertido en la mejor manera de reponer las piezas perdidas sin afectar a los dientes adyacentes.
Por tanto, podemos concluir que disponemos de un gran abanico de opciones para mejorar nuestra sonrisa y que lo más importante será elegir a un buen profesional que nos asesore bien y realice un trabajo impecable para conseguir resultados estéticos y duraderos.