No existen dos personas idénticas en el mundo. Hay quienes nacen con los ojos azules, marrones o verdes; otros son pelirrojos, unas personas tienen la piel clara, y otras, oscura. De la misma forma, hay personas que nacen con ceguera, hipoacusia (pérdida auditiva) o que pueden desarrollarla con el paso del tiempo.
Mantener una sonrisa saludable es esencial para el bienestar general de todas las personas; por ello, en este artículo, resumiremos cómo la odontología aborda numerosos retos para mejorar la calidad de vida de las personas con diversidad funcional.
El término “diversidad funcional” fue propuesto en 2005 por Javier Romañach, y busca un enfoque social entendiendo a cada individuo como un ser único, con capacidades diferentes y dejando de lado las carencias que representa otra terminología, como por ejemplo “minusvalía”, dado que se le suele otorgar una connotación peyorativa.
De modo que, al hablar de personas con diversidad funcional, hacemos referencia a aquellos individuos que experimentan una dificultad funcional a la hora de llevar a cabo determinadas tareas en su día a día.
Existen diversos tipos de diversidad funcional:
Las causas más frecuentes de discapacidad son:
Actividades que para una persona pueden ser sencillas en su día a día, pueden no serlo para las personas con diversidad funcional. Por ejemplo, un escalón no representará el mismo obstáculo para una persona que puede caminar, que para una persona en silla de ruedas o con movilidad reducida.
Es por ello que comprender las necesidades específicas de las personas con diversidad funcional es crucial para ofrecer tratamientos efectivos y personalizados, también dentro de las clínicas dentales. Desde contar con equipos más ergonómicos hasta reducir los tiempos de espera, pasando por crear un ambiente sin estímulos o eliminar las barreras a la movilidad, son algunas de las recomendaciones que adoptan cada vez más clínicas dentales.
Asimismo, los profesionales de la odontología están adoptando enfoques cada vez más centrados en el paciente, asegurando que cada persona reciba la atención que requiere. De esta forma, eliminando barreras físicas y comunicativas podemos garantizar que todas las personas puedan acceder a la atención dental que necesitan.
Cepillos dentales diseñados para niños con necesidades especiales, revisiones periódicas y tratamientos preventivos, y un enfoque pedagógico a la hora de enseñar rutinas de cepillado e higiene bucal son algunas de las recomendaciones para garantizar una sonrisa sana a todas las personas, independientemente de sus capacidades.
Se calcula que en España hay más de 1.4 millones de personas dependientes. Los problemas de movilidad, las limitaciones cognitivas y otras enfermedades como el Alzheimer hacen que la población adulta mayor requiera también de una atención especializada a la hora de cuidar de su sonrisa.
Entre los desafíos dentales que podemos encontrarnos a medida que envejecemos, está el edentulismo (ausencia parcial o total de dientes), la xerostomía (sequedad en la boca), la retracción de las encías, el desgaste y la tinción del esmalte o la pérdida de masa ósea.
Asimismo, el deterioro cognitivo puede hacer que las personas mayores presenten dificultades a la hora de recordar cómo realizar una correcta rutina de limpieza bucodental. En estos casos, es necesario realizar revisiones de control periódicas para tratar preventivamente cualquier anomalía que pudiera causar una enfermedad bucodental.
Al tener en cuenta las necesidades especiales que surgen de las personas con diversidad funcional, no solo mejoramos la atención a nuestros pacientes, sino que también abrimos las puertas a una odontología más accesible e inclusiva para todas las personas.