Sonrisas

Efectos del vapeo en la salud bucodental

En los últimos años, los cigarrillos electrónicos y vapeadores han ganado popularidad, especialmente entre los jóvenes, aunque también entre adultos que buscan una alternativa al tabaco convencional. Se presentan como una opción aparentemente más segura, pero la evidencia científica ha demostrado que sus efectos nocivos se manifiestan con rapidez, especialmente en la salud bucodental.

¿Qué se inhala realmente al vapear?

Para entender cómo el vapeo puede afectar a la boca, es fundamental conocer la composición del aerosol que se inhala. Lejos de tratarse de un simple “vapor de agua”, el aerosol generado por los vapeadores suele contener nicotina, además de propilenglicol y glicerina vegetal, compuestos con propiedades higroscópicas que tienden a resecar la mucosa oral.

Además, se añaden aromas artificiales que hacen más atractiva la experiencia, y como subproductos del calentamiento, se liberan aldehídos, así como metales pesados en trazas procedentes del desgaste de la resistencia. En conjunto, se trata de una mezcla química compleja, muy alejada de ser inocua.

Qué se inhala realmente al vapear

Los dientes y las encías, los primeros afectados

Uno de los efectos más comunes del vapeo es la xerostomía (boca seca), consecuencia directa del carácter deshidratante del aerosol. La disminución del flujo salival compromete una de las principales barreras de defensa de la cavidad oral frente a bacterias, hongos y ácidos.

Esta alteración del entorno oral puede favorecer:

  • El aumento de la placa bacteriana
  • El sangrado gingival al sondaje
  • Una mayor predisposición a la enfermedad periodontal

A estos efectos se suma un síntoma frecuente y molesto: la halitosis, común en usuarios frecuentes de vapeo.

La mucosa oral y la cicatrización se ven comprometidas

La exposición repetida al aerosol altera la microbiota oral, favoreciendo un entorno más ácido e inflamatorio. Esto incrementa el riesgo de caries, lesiones irritativas y, en algunos casos, úlceras orales.

Por otra parte, la nicotina, presente en muchos líquidos de vapeo, induce vasoconstricción en los capilares de la mucosa, lo que dificulta la oxigenación y cicatrización de los tejidos blandos y también puede interferir en procesos regenerativos en tejidos duros (hueso alveolar).

Aunque la investigación sobre los efectos a largo plazo del vapeo todavía está en desarrollo, la evidencia disponible ya señala riesgos significativos para la salud bucodental. A medida que se acumulan estudios clínicos, es probable que se identifiquen aún más consecuencias que hoy no están del todo caracterizadas.

Menos perjudicial que fumar, pero nunca inofensivo

Si bien es cierto que vapear conlleva una exposición a menos sustancias tóxicas que el tabaco convencional, esto no lo convierte en una práctica segura. No debería recomendarse en ningún caso a jóvenes, adolescentes o personas que nunca han fumado.

Para quienes desean dejar de fumar, la mejor alternativa sigue siendo un programa de cesación tabáquica estructurado, con seguimiento profesional.