Sonrisas

Bruxismo y estrés: cómo la boca habla de tu estilo de vida

El estrés, las tensiones, el ritmo de vida acelerado… Esto no solo afecta al estado de ánimo, sino que también tiene un impacto directo en la salud física de las personas. Una de las manifestaciones más comunes de esta relación entre la mente y el cuerpo es el bruxismo: el hábito involuntario de apretar o rechinar los dientes, especialmente mientras se duerme.

¿Cómo identificar el bruxismo?

Detectar el bruxismo a tiempo es fundamental para evitar daños mayores. Algunos de los signos más comunes son:

  • Desgaste y fracturas en los dientes
  • Sensibilidad dental aumentada
  • Dolor o rigidez en la mandíbula y el cuello
  • Dolores de cabeza, especialmente al despertar

Si experimentas alguno de estos síntomas, es importante acudir a un especialista para confirmar el diagnóstico y recibir el tratamiento adecuado. Un tratamiento temprano puede prevenir efectos graves, como el daño en los dientes, el dolor crónico en la mandíbula o los trastornos en la ATM.

Tratamiento multidisciplinar: odontología y psicología

El tratamiento del bruxismo debe abordarse desde una perspectiva integral que combine tanto la odontología como, en algunos casos, la psicología. El papel del dentista es esencial para proteger los dientes y mitigar las consecuencias físicas del bruxismo. Las soluciones más comunes incluyen:

Tratamiento multidisciplinar: odontología y psicología
  • Férulas de descarga: Dispositivos personalizados que se utilizan durante la noche para proteger los dientes del desgaste, reducir la presión mandibular y evitar el contacto directo entre los dientes. Esto ayuda a relajar la mandíbula y aliviar el dolor muscular asociado.
  • Ortodoncia: En casos de bruxismo relacionado con una mala oclusión, el tratamiento ortodóncico puede corregir el alineamiento dental, distribuyendo mejor las fuerzas de la mordida y reduciendo la tensión mandibular.
  • Fisioterapia y masajes: Técnicas de masaje y ejercicios de relajación, aplicados por un fisioterapeuta, pueden aliviar la tensión acumulada en la mandíbula, cuello y hombros, ayudando a reducir los síntomas musculares del bruxismo.

Aunque estas medidas son eficaces para tratar los efectos físicos del bruxismo, es crucial también abordar las posibles causas subyacentes. En casos donde el estrés o la ansiedad son factores importantes, el apoyo psicológico puede ser fundamental. La intervención de un psicólogo puede ofrecer herramientas para manejar la tensión emocional y reducir la tendencia a rechinar los dientes, evitando que el bruxismo persista a largo plazo.

Porque cuidar de nuestra salud emocional también es cuidar de nuestra sonrisa.