El sueño es un proceso activo y
cíclico en el que el organismo descansa, repara tejidos y consolida la
memoria, entre otras funciones. Durante las fases de sueño profundo y REM, el
cerebro regula la liberación de hormonas clave como la melatonina, la hormona del
crecimiento y el cortisol, fundamentales para el equilibrio físico y emocional. Dormir bien
es esencial para mantenernos sanos, activos y con energía.
Sin embargo, muchas personas sufren trastornos que interrumpen su descanso sin ser
conscientes de ello, como ocurre
con la apnea del sueño.
El Síndrome de Apnea-Hipopnea del Sueño (SAHS) es
una alteración respiratoria que provoca
repetidamente pausas en la respiración durante la noche. Las vías respiratorias superiores
pueden colapsar de forma
parcial (hipopnea) o total (apnea). El cuerpo reacciona
con
microdespertares para recuperar la normalidad en la vía aérea. Aunque el
paciente no los recuerde,
fragmentan el sueño e interrumpen los ciclos biológicos necesarios.
Además de esta fragmentación del sueño, el SAHS provoca hipoxia en los
tejidos debido a las
desaturaciones de oxígeno que acompañan a cada episodio de falta de flujo aéreo.
Quienes la padecen suelen despertarse con la sensación de
no haber descansado y arrastran somnolencia a lo largo del
día. A medio y largo plazo, este trastorno puede favorecer la aparición de
hipertensión,
enfermedades cardiovasculares o diabetes. También
deteriora la memoria, la
concentración y el estado de ánimo, afectando de forma directa a la calidad de vida.
En los niños, la repercusión es aún más importante, ya que no solo afecta a su
salud, sino también a su desarrollo y
crecimiento.
Aunque pueda sorprender, los dentistas
desempeñamos un papel clave en la detección y el tratamiento
de la apnea del sueño. A menudo somos los primeros en identificar signos como el
desgaste dental por
bruxismo, la sequedad bucal o los comentarios de los pacientes
sobre
ronquidos.
En los niños, la respiración oral asociada a la apnea altera el crecimiento normal de los
maxilares. Por ello, los
ortodoncistas debemos diagnosticarlo precozmente e intervenir con
tratamientos como pistas
de resina (superficies añadidas a algunos dientes que ayudan a guiar la mordida
y a favorecer la
respiración), ejercicios y ortopedia dentofacial.
En adultos, el tratamiento incluye con frecuencia el uso de dispositivos intraorales diseñados para mantener permeable la vía aérea. Estos deben adaptarse a las necesidades de cada paciente y su eficacia se controla mediante poligrafías respiratorias realizadas en el domicilio. Son soluciones cómodas, discretas y personalizadas.
La apnea del sueño requiere un enfoque integral en el que colaboran neumólogos, otorrinos, neurofisiólogos, cardiólogos y dentistas. El diagnóstico se basa en estudios del sueño, y el tratamiento se ajusta a la gravedad de cada caso. En las formas leves o moderadas, los dispositivos dentales resultan muy eficaces y bien aceptados por los pacientes.
Detectar y tratar la apnea del sueño no solo mejora la
calidad del
descanso, sino también la salud general y el
bienestar. Como dentistas en BQDC, estamos comprometidos con una
odontología que va más allá de la
boca: cuidamos la salud integral de las personas con un enfoque holístico.
Si notas
cansancio al despertar, somnolencia durante el día
o te
han comentado que
roncas, no lo ignores. Dormir bien es vivir mejor.