¿Te intimida realizarte un tratamiento odontológico por miedo al dolor?
¿Sientes angustia cuando tienes una cita con tu dentista? Entonces puede que padezcas ansiedad
dental.
La ansiedad dental es un trastorno común que puede afectar tanto a niños
como a adultos. Las buenas noticias son que, con paciencia y ayuda profesional, se puede superar. Pero
eso sí, la ansiedad dental no es una patología que se deba pasar por alto o darle menor
importancia, puesto que no acudir al dentista puede desencadenar en problemas de salud bucodental y
general. Así que cuando uno sea consciente de su situación, debe ponerse en manos de un profesional que
le acompañe en el proceso.
Es por eso que en este artículo vamos a ayudarte a conocer en
detalle qué es y te daremos pautas, consejos y técnicas para superar esa barrera y
poder gestionar esta patología de forma práctica. ¡Empecemos!
Lo primero que hay que saber es que la ansiedad dental es un estado
psicológico y emocional que acaba asociándose con el miedo, la inseguridad y el estrés al pensar
en tratamientos odontológicos. Esta situación de temor afecta la psique del paciente al
plantearse un tratamiento o revisión dental, por lo que se acaba convirtiendo en un impedimento para que
esa persona acuda al dentista. En consecuencia, las citas dentales se cancelan, los tratamientos
se postergan y causa un detrimento en la salud bucodental del paciente.
Existen
distintas causas que provocan la aparición de la ansiedad dental, estas son algunas de las causas más
frecuentes:
Las personas con ansiedad dental pueden padecer varios síntomas que les advierten de este estado. De hecho, comparten varios síntomas relacionados con el trastorno de ansiedad generalizada. Los síntomas en común son:
Si la ansiedad dental no se acaba tratando, las consecuencias pueden
ser mucho más graves. Esta podría acabar evolucionando en odontofobia, es
decir, un miedo extremo e irracional al dentista.
Dado que tampoco
habría un cuidado regular de la salud bucodental, hay más posibilidades de aparición de
patologías orales como gingivitis, halitosis, periodontitis, o caries.
En los casos más graves, unas malas condiciones de la salud bucodental podrían
afectar en mayor medida a aquellos pacientes con enfermedades cardiovasculares o
diabetes,
agravando sus afecciones.
Afrontar y controlar la ansiedad dental es una tarea que lleva tiempo, y que exige un cambio de preconcepción sobre la salud oral.
Una vez una persona ha aceptado la situación que debe afrontar, se
recomienda que primero mantenga una conversación abierta con el dentista sobre
los desencadenantes individuales de la ansiedad.
De esta forma, el odontólogo puede
desarrollar un plan de gestión para garantizar la comodidad y seguridad del paciente durante el
tratamiento.
Asimismo, también se puede hacer uso de algunas técnicas de terapia
psicológica para mantener el control de uno mismo durante la intervención
odontológica.
Pueden usarse las siguientes técnicas:
Técnicas de respiración profunda como la respiración diafragmática son muy eficaces para combatir tanto la ansiedad generalizada como la ansiedad dental. Cuando respiras profundamente, el cuerpo se oxigena, lo que provoca que el flujo circulatorio mejore y disminuya el cortisol, la hormona que causa el estrés y la ansiedad.
Escuchar música de fondo o estar viendo algún tipo de imagen o vídeo puede desviar la atención del cerebro. De esta manera, a nuestra cabeza le es mucho más difícil comprender la situación y no despierta la angustia como mecanismo de defensa.
Aunque es una técnica que conlleva más tiempo y un entrenamiento previo, la relajación muscular progresiva permite que los distintos grupos musculares se vayan relajando gracias a una tensión y distensión forzada. Visualizar una escena agradable, como estar tumbado en una playa con el tacto de la arena o el olor del mal, puede ayudar.
Frente a algún síntoma de ansiedad dental o dolor, se puede detener al dentista con una señal acordada previamente (como levantar el dedo índice o la mano izquierda). De esta manera, el paciente puede parar para tomar un pequeño descanso.
Las mantas con peso o mantas ponderadas son unas mantas especiales que permiten relajar el cuerpo mediante una ligera presión sobre las piernas y el abdomen. Con ese calor y presión, los músculos y el cuerpo se relajan, por lo que fomentan la reducción del estrés.
Si te pones en manos de un profesional preparado, este te allanará el camino para evitar la ansiedad dental. Recuerda que el dentista quiere que te sientas bien en su consulta.
No obstante, siempre puedes acudir a un psicólogo
para recibir orientación y terapia frente a la ansiedad dental. Te podrá aconsejar sobre las
mejores maneras de proceder ante una situación así.
Recuerda que es clave mantener una
buena comunicación con tu dentista de confianza. Ya no es solo tu salud mental la que está en
juego, sino también la bucodental. Puede que al principio cueste, pero con el paso del tiempo
acabarás notando una evolución de la que sentirte muy orgulloso.