Los mitos forman parte del ideario común de nuestra sociedad. Remedios caseros, verdades a medias, afirmaciones más exactas unas que otras sobre la salud bucodental…
A continuación, te proponemos una serie de afirmaciones que tendrás que señalar como “verdad o mito” y descubrir si estás en lo cierto. ¡A jugar!
VERDAD
MITO
¡Incorrecto! Los mejores cepillos para una boca sana son los de dureza intermedia, ya que son flexibles, permiten llegar a todos los rincones, no ejercen un desgaste elevado sobre el esmalte y no dañan las encías al entrar en contacto con ellas.
¡Correcto! Los cepillos de cerdas duras pueden terminar erosionando el esmalte de los dientes si se ejerce demasiada presión. Además, existe una mayor probabilidad de que terminen dañando las encías y creando pequeñas heridas.
VERDAD
MITO
¡Incorrecto! El sangrado es un síntoma de que algo no va bien. Con la placa bacteriana cumulándose en las encías y dientes, aparecen los primeros sangrados que indican el comienzo de una gingivitis. Lo recomendable es no normalizar el sangrado y acudir a la consulta del dentista para que examine nuestra boca.
¡Correcto! Aunque el sangrado de encías es un síntoma muy común, no es algo que se deba normalizar. Nuestro cuerpo nos está avisando de que algo no sigue el curso que debería, por lo que, si sangras al cepillarte los dientes o al usar seda dental, lo mejor es que acudas a tu dentista.
VERDAD
MITO
¡Correcto! Algunos alimentos son nuestros mejores aliados para mantener una salud bucodental de hierro. El aceite de oliva impregna con una capa resbaladiza los dientes protegiéndolos frente a los ácidos de algunos cítricos o azúcares. Otros alimentos que refuerzan la salud bucodental son el perejil, los lácteos, las verduras fibrosas en crudo y los enjuagues con agua.
¡Incorrecto! Existen muchos alimentos que nos pueden ayudar a proteger nuestros dientes y reforzar su salud: hierbabuena, perejil, cilantro, verduras crudas y fibrosas, frutos rojos y un largo etcétera.
VERDAD
MITO
¡Correcto! De forma muy ocasional, si un día te ves obligado a no poder llevar la ortodoncia durante unas horas (una boda o una conferencia), puedes recuperar ese tiempo con los alineadores puestos los días siguientes. Lo ideal es que se utilicen por lo menos 22 horas al día, y solo se retiren para comer y realizar las higienes bucodentales.
¡Incorrecto! Si un día en concreto necesitas estar varias horas sin utilizar la ortodoncia por motivo de peso mayor, puedes hacerlo siempre que recuperes esas horas al día siguiente y no lo tomes como una actividad recurrente.
VERDAD
MITO
¡Incorrecto! Realmente no es el cuerpo el que rechaza un implante, porque estos se fabrican con materiales biocompatibles. Lo que se conoce comúnmente como “rechazo” son problemas generados en el proceso de osteointegración, normalmente vinculados con una higiene dental deficiente, que provoca que la encía no cicatrice adecuadamente tras la colocación del implante.
¡Correcto! El cuerpo no puede rechazar un implante porque se fabrican con materiales biocompatibles. Las complicaciones que pueden aparecer derivan del proceso de osteointegración y solo aparecen en el 2% de los pacientes que se someten a este tratamiento.
VERDAD
MITO
¡Incorrecto! Cada tratamiento depende de las características bucodentales del paciente, por lo que no existe un mínimo de duración. Se estima que por lo general los tratamientos de ortodoncia suelen durar entre 10 meses y 2 años, aunque haya algunos que solo abarquen 6 meses y otros 5 años hasta concluirse por completo.
¡Es un mito! Es muy común encontrarse con tratamientos de ortodoncia de tan solo 6 meses. El tiempo de duración de las ortodoncias varía de un paciente a otro y de la fase en la que se encuentre, ya que cada caso es único.
VERDAD
MITO
¡Incorrecto! ¿Habías oído hablar alguna vez de la caries del biberón? Se trata de un tipo de caries que afecta, principalmente, a bebés de corta edad que han estado expuestos durante un largo periodo de tiempo a azúcares presentes en determinadas bebidas u objetos. Un comportamiento tan frecuente como incorrecto suele ser dejar que el bebé se quede dormido con el biberón o con un chupete impregnado de miel o azúcar.
¡Has acertado! La caries del biberón afecta principalmente a bebés que se encuentran en periodo de lactancia. Normalmente, los niños que padecen de este tipo de caries son los que se quedan dormidos con el biberón en la boca o los que usan un chupete que ha sido humedecido en miel o azúcar.