La pandemia ha conseguido que muchos gestos que antes se realizaban por pura rutina o cortesía, sin pensar demasiado en su significado, ahora nos resulten chocantes. Vemos una película y dos desconocidos se presentan estrechando las manos o dándose dos besos en sendos lados de la mejilla. ¡Qué tiempos aquellos!
Estos saludos, tan habituales en el mundo “pre pandemia” no eran del agrado de todos, y algunas personas ya han manifestado complacencia ante su desaparición; pero muchas otras extrañan este gesto de cercanía y afabilidad tan propio de nuestra cultura.
¿Alguna vez te has preguntado el por qué de esta tradicional costumbre a la hora de saludar a alguien por primera vez? ¿Cómo se saludan en otras partes del mundo?
Puede parecer una tontería, pero tener normas o rituales básicos de cortesía es esencial para la sociedad. Impide, por ejemplo, que te quedes en blanco cuando conoces a alguien o que digas o hagas algo que tu interlocutor pueda considerar inapropiado.
¿Pero de dónde salen esas “normas” que hasta hace poco parecían incuestionables?
Con respecto al apretón de manos como saludo, existen distintas teorías. Según los expertos en historia del National Geographic, en la antigüedad estrecharse las manos se veía como un gesto de paz, porque ambas personas demostraban que no escondían ningún arma bajo la manga.
Posteriormente, en el siglo XIX, algunos grupos religiosos de Estados Unidos veían este saludo como una forma de presentarse alternativa a la reverencia, que dejaba entrever las jerarquías sociales.
Conocer la simbología que se esconde detrás de las costumbres puede ayudar a comprender su procedencia. Sin embargo, por su ambigüedad, el origen del beso como saludo es algo más difuso. Según la época y la parte del cuerpo donde se diera, un beso podía expresar devoción, amistad, sumisión, respeto, etc.
Durante mucho tiempo, por ejemplo, los caballeros se presentaron a las doncellas besando su mano, porque dar un beso en la mejilla era considerado una osadía; se veía más como una muestra de cortejo que como un gesto de cortesía.
Y no tenemos por qué remontarnos a la Edad Media para sorprendernos con la diferencia de significados que puede tener un beso según el contexto. La periodista argentina Tamara Tenenbaum explica en su libro El fin del amor, que en la comunidad judía ortodoxa en la que se crió besarse estaba prohibido, y cuando fue a la universidad, años más tarde, saludarse con un beso le parecía un gesto erótico.
En la actualidad, y en nuestra cultura, vemos un solo beso como una expresión de afecto entre dos personas que tienen confianza (amigos, familiares, una pareja…), y, sin embargo, antes del COVID-19, en España no solíamos tener reparo en saludar a un desconocido con dos besos en la mejilla. Pero no es así en otras partes del mundo.
En todas las culturas existen pautas de comportamiento que nos ayudan a relacionarnos con los demás. Sin embargo, estos gestos cambian totalmente de un país a otro. Al fin y al cabo, muchas personas consideran los dos besos como una invasión de su espacio personal o como un gesto demasiado íntimo.
¿Cómo se saludaban entonces en otros países, antes del COVID-19?
Como hemos visto, existen tantas formas de saludarse como culturas en el mundo, y algunas tradiciones se han visto más afectadas que otras con la llegada de la pandemia.
Desde que el coronavirus comenzó a extenderse por el mundo, las redes sociales se han llenado de ideas para saludarnos sin necesidad de establecer un contacto físico tan directo: choques con el dorso del pie, un sutil movimiento levantando la barbilla, el clásico saludo ondeando la mano, o los famosos choques de codo.
Al final, lo que prima en todas estas formas de saludarse es la cortesía, la cordialidad y el respeto. El saludo es una manera de crear una conexión con tu interlocutor: le invitas a formar parte de tu espacio y a establecer una conversación contigo, a dejar de ser completos desconocidos.
No podemos saber si algún día regresarán los dos besos, si volveremos a estrecharnos la mano o a saludarnos con un abrazo después de mucho tiempo, pero una cosa está clara: las personas siempre encuentran la forma de comunicarse y adaptarse a las circunstancias.
¿Y tú? ¿Qué saludo prefieres en la “época COVID-19”?